¿TENGO ANSIEDAD?

Un monto de ansiedad es necesario y “normal” (si la normalidad existiera...que me pasen la receta!). Si no tuviéramos ansiedad, o cierta sensación de que algo nos salta por dentro, todo nos daría igual. Cierta dosis de ansiedad es saludable porque es la que nos permite avanzar hacia nuestro interior y darnos cuenta que algo nos pasa con lo que tenemos en frente, con lo que pensamos o con lo que recordamos. Es esa ansiedad que luego

se transforma en un sentimiento más elaborado: placer, temor, displacer, incertidumbre, asombro, amor, odio, etc.

 ¿Cuándo esta ansiedad no es “saludable”? Cuando nos paraliza, no nos permite avanzar, cuando irrumpe sin poder controlarla, cuando provoca síntomas psíquicos y/o físicos que nos producen malestar. Es la señal que algo no anda bien. 


Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad son muy variadas y pueden clasificarse en diferentes grupos: 

-Físicos: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molest

ias digestivas, náuseas, vómitos, "nudo" en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mereo e inestabilidad. Si la activación neurofisiológica es muy alta pueden aperecer alteraciones del sueño, la alimentación y la respuesta sexual. 

-Psicológicos: Inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, ganas de huir o atacar, inseguridad, sensación de vacío, sensación de extrañeza o despersonalización, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre, dificultad para tomar decisiones. En casos más extremos, temor la muerte, la locura,  o el suicidio. 

-De conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de

 manos y brazos tensión de las mádíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación, etc. 

-Intelectuales o cognitivos: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc. 

-Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc. Si crees que puedes tener un trastorno de ansiedad, puedes ponerte en contacto, puedo ayudarte. 

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 Roxana Apollonio