VIOLENCIA DE HIJOS A PADRES

Cuando el niño emperador crece y se instala

la violencia filio - parental.

 

La detección y tratamiento de la agresividad, en los niños puede prevenir que, al llegar a la adolescencia, nos encontremos con un adolescente maltratador.

Lamentablemente, la presencia de adolescentes con una alta carga de agresividad y /o violencia se ha multiplicado por seis desde el año 2000, con cerca de 6.500 denuncias de padres a hijos recibidas por esta Fiscalía en 2010. Según datos de este organismo:

•       el 85% de los adolescentes de entre 12-17 años ha gritado, insultado o amenazado con pegar a sus padres alguna vez.

•       El 10% lo ha realizado a menudo.

•       No existen diferencias entre chicos y chicas maltratadores, pero sí en el género de la víctima, que suele ser más frecuentemente la madre

•       En adolescentes grandes físicamente, también la dirigen hacia los padres.

•       De las agresiones físicas como abofetear, golpear con objetos y dar patadas o puñetazos, el 5% afirmó haberlo realizado alguna vez, y el 2% a menudo.

Por eso es importante que podamos detectar conductas de riesgo. Riesgo no significa que estén condenados a un “determinismo absoluto”, riesgo significa nivel de probabilidad de que una situación o un hecho ocurra. Es muy importante que podamos detectar cuáles son las señales en la niñez que nos deben alertar un riesgo futuro de COMPORTAMIENTO AGRESIVO (ADAPTADO DE GARRIDO, 2005). Estas señales básicamente serían tres:

 1. Tienen mucha dificultad para expresar emociones morales como son la empatía (la capacidad de “ponerse en el lugar del otro”), la compasión y el amor, así como para mostrar sentimientos de culpabilidad por actos con consecuencias negativas para los demás.

 2. No aprenden de sus errores ni responde a los castigos, sino que guía su comportamiento exclusivamente en base a sus propios intereses de manera egoísta.

 3. Utilizan frecuentemente la mentira, la amenaza y otros actos crueles hacia sus hermanos y amigos.

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE UN ADOLESCENTE MALTRATADOR

•       Impulsividad y falta de reflexión en sus reacciones frente a los comentarios o comportamientos de los demás. Suelen realizar “hiperatribuciones” hacia su propia persona, es decir, viven las situaciones con frecuencia como amenazas, o ataques hacia la propia persona (me tiene manía, lo hace para fastidiarme, me mira, mal, me está vacilando, etc.)

•       Pueden tener participación en eventos antisociales, que tienen que ver con la transgresión de las normas sociales o legales, cometiendo actos delictivos.

•       Baja tolerancia a la frustración.  Se irritan con facilidad cuando no se satisfacen sus deseos o cuando la realidad no es como ellos quisieran.

•       Consumo de sustancias, alcohol y otras drogas ilegales.

•       Dificultad importante para empatizar, para ponerse en el lugar del otro, no pudiendo evaluar las consecuencias de sus conductas en las otras personas.

•        Actitudes egoístas y egocéntricas. Lo más importante es satisfacer sus propios deseos, y para ello se romperán las normas que hagan falta

•       Suelen establecer relaciones de control y dominio con parejas y amigos. Intentan transmitir que son fuertes, rebeldes, que nadie puede con ellos.

CARACTERISTICAS A NIVEL SOCIAL DE UN ADOLESCENTE MALTRATADOR

•       Actitud negativa hacia la escuela y los estudios, y comportamiento antisocial y agresivo en el colegio o instituto, o directamente, fracaso escolar

•        Amistades que aprueban o cometen delitos y actos violentos, y con quienes puede consumir diferentes tipos de drogas

•       Identificación con discursos machistas, en los que se afirma la superioridad masculina por sobre las mujeres.

•       Convivir en un barrio o vecindario marginal o donde hay alto niveles de criminalidad, en los que los hechos delictivos tienen un impacto en la conformación de valores sociales.

•        Imitación de modelos violentos de los medios de comunicación, internet, videojuego

 

SI HA LLEGADO A LA ADOLESCENCIA ¿CÓMO ABORDAR LA SITUACIÓN?

PRIMER PASO

Si algo de estas conductas vienen ocurriendo lo primero que debemos hacer es analizar el tipo de relación que tenemos con el adolescente. En ocasiones nos resulta complicado distinguir si un comportamiento es abusivo o no, o si se encuadra dentro de la definición de violencia o no.

Definir si se trata o no de maltrato

No es nada fácil, porque ¿Cuál es el límite entre el maltrato y una conducta normal desafiante adolescente? El punto central está en el término abuso.

Así, lo que entendemos por “comportamiento violento hacia los padres”, siguiendo la definición de Cottrell (2001), supone claramente una conducta abusiva que conduce a una situación de humillación, acoso y desafío de la autoridad de los padres con la intención evidente de dominar y herir.

Es decir se trata de una situación instalada, no es  un hecho aislado, es recurrente, es una forma patológica de vínculo, donde se maltrata, se domina la situación y se busca herir a los otros.

 

Definir qué tipo de maltrato ejerce

•       Físico: hay un contacto directo con el cuerpo de la víctima, como pegar, empujar o lanzar objetos hacia los padres.

•        Psicológico: busca herir al otro mediante intimidación, humillación, descalificación, violencia verbal

•       Emocional: implica la utilización de mentiras, chantajes y otros juegos mentales maliciosos como amenazas para manipular a los padres.

•        Financiero: se refiere a conductas que implican robo y venta de posesiones de los padres o incluso la incursión en deudas de las que se desentienden y a las que deben hacer frente los padres.

SEGUNDO PASO

No ocultar el problema

Buscar ayuda profesional (primero asistencia psicológica, luego servicios sociales, luego recurrir a la justicia) cuando se detecta con el objeto de frenar lo antes posible un deterioro mayor de las relaciones. Se ha observado que mientras más se niega la gravedad de las conductas, más se refuerza la conducta disruptiva violenta.

No es fácil des-cubrir la situación porque muchas veces las agresiones que ejercen los hijos hacia los padres generan vergüenza en los padres, que intentan transmitir una imagen de armonía familiar. Implica hacer un duelo por la familia ideal perdida.

También en algunos casos significará afrontar el miedo que los hijos generan por sus posibles reacciones. Los padres están atrapados en el sistema de control a través del miedo y la intimidación.

Pero aceptar permite abrir el camino para trabajar sobre las relaciones que establecen todos los miembros del sistema familiar en el que se ha instalado la violencia. Frecuencia de las conductas abusivas.

La solución va a provenir del seno de la familia, y con la ayuda profesional. Es un trabajo arduo, pero necesario, implicará aprender a gestionar emociones, a solucionar conflictos. Habrá que aprender que la familia no es una democracia, que no son todos iguales. Alguien debe ejercer una jerarquía y esos deben ser los padres.

Un joven violento no llega a este punto porque quiere, sino que hubo un camino recorrido, en donde no pudimos transmitir ciertos valores de respeto al prójimo, en los que basar su autoconfianza. No se ha canalizado el ocio, ni afrontado las presiones grupales, se ha agobiado por las demandas de dinero. Por ello, luego de hacer el duelo y llorar mucho, es importante que nos movamos, en búsqueda del cambio.

Si os sigue interesando el tema, os invito a escuchar este Video de Javier Urra sobre el pequeño tirano crece.

Roxana Apollonio Cabrera. Licenciada en Psicología – CV08944.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA

-          Carmen Angulo y otros:” Manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de trastornos graves de conducta”. E. junta de Andalucía, Consejería de Educación.

 

-          Cottrell, B. (2001). Parent abuse: The abuse of parents by their teenage children. The Family Violence Prevention Unit, Health, Canada.

 

 

-          Garrido, V. (2005). Los hijos tiranos. El síndrome del emperador. Ariel. Barcelona.

 

-          Ibabe, I y Jaureguizar, J. (2011). El perfil psicológico de los menores denunciados por violencia filio-parental. Revista Española de Investigación Criminológica, 9: 1-19

-          Estefanía Estévez (2016): “Violencia filio parental o maltrato de hijos a padres”. Consejo de Psicólo”gos de España.Focad.

 

-          Javier Urra (2015): “El pequeño dictador crece: padres e hijos en conflicto”Editorial La esfera de los libros.